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Antonio Calvo, Morante y su gallo

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ás allá de los mares, es tradición en una de las plazas más antiguas que existen, que antes de proceder a esa liturgia sensorial que son las corridas de toros, fruto de la bendita naturaleza, se unan tradiciones ancestrales, aparentemente inconexas, pero de unas coincidencias totales.

Los gallos y los toros, toreros y galleros, o en casos ilustres, gallos, toros y toreros galleros.

Fue en Ecuador, ese país que divide en teoría el mundo en dos, y que a mi parecer no hay mejor ejemplo de unión verdadera, real y sincera. Un ejemplo de multiculturalidad. Más concretamente en Quito, su capital, un 30 de Noviembre de 2010.

Antonio Calvo Romero, Antonio Calvo Amuedo con "Morante" y su gallo.

Antonio Calvo e hijos con El Ilustre Maestro "Morante de la Puebla" y su gallo .

Es tradición en la plaza de toros de Quito, que antes de proceder a la lidia de los mismos, tras el paseíllo de los toreros y sus respectivas cuadrillas, obsequiar a los toreros con un gallo, como amuleto, señal de buena suerte en la lidia.

La terna la encabezaba José Antonio, “Morante de la Puebla”, torero, gran maestro, natural de La Puebla del Rio, un pueblo, probable cuna de los Tartessos de la provincia de Sevilla, a orilla del gran rio que se llama Guadalquivir. Tiene algo especial esa tierra, que hace nacer, criar y desarrollar grandes ejemplos de genialidad.

Entre los asistentes, Antonio Calvo Romero, afamado criador de gallos combatientes español, jerezano o andaluz, nacido en Los Palacios, en la otra orilla del Guadalquivir, y si La Puebla es la cuna, allí era donde veraneaban ese pueblo mítico origen de la civilización en Andalucía. Era la primera vez que iba a Ecuador, a una corrida de toros en Sudamérica, a dar una conferencia allí sobre Origen y evolución histórica del Gallo Combatiente Español, Jerezano o Andaluz en la Expo gallo 2010 a celebrar en Quito la primera semana de Diciembre de 2010.

Se conocieron personalmente en la recepción del hotel, cenaron juntos y departieron con ilusión.

Acordaron cumplir con las tradiciones, pero Antonio Calvo no llevaba consigo gallo alguno.

La corrida de toros no empezó bien. Por motivos de logística, Antonio Calvo se perdió la lidia del primero, a la postre triunfador según los medios de comunicación y despretigitador de la fiesta según los entendidos de la materia. José Antonio toreo en segundo lugar, no pudo hacer nada y lo intento, me consta, grito, lo escenifico, se juega la vida, pero “señores, no se puede torear a un burro con cuernos”, o eso no es una lidia, de ahí viene nombre de Toro de lidia, será en todo caso una borricada, y claro, a eso no estamos acostumbrados.

El 2 de febrero de 2011 se produjo el encuentro, un tuteo, un maestro aficionado a los gallos y un gallero con el aval de tener la alternativa taurina, el Cossío del Toreo y el Calvo de los Gallos, una entrega, un ejemplar de estampa ajiseco conocida así en Ecuador, colorado como se conoce aquí en Andalucía, con tonalidades casi anaranjadas, de la línea de los 5 estrellas, de los criados por Antonio Calvo Romero, testigo de prueba de dos hombres de palabra. Uno que se la dio al obsequiarle con un gallo combatiente español, jerezano o andaluz, de su crianza en tierras ecuatorianas, el otro al brindarle la posibilidad de verlo en la feria de Quito, sin conocerlo personalmente.

José Manuel Calvo Amuedo, Antonio Calvo Amuedo, "Morante de la Puebla" y su gallo.

Gracias de corazón a todas las personas que hicieron posible este relato.

Para que después digan, que no quedan hombres de palabra, según lo narrado, en el mundo de los toros y de los gallos existen ejemplos ilustres.

Adjunto la prueba testifical, deseándoles a todos sus integrantes, larga vida, buena crianza y muchos éxitos, a cada uno en su respectiva faceta de su vida.

Antonio Calvo Romero